José Antonio Sánchez Román 6/12/2022
Los defensores del ‘statu quo’ museístico tiran de simplificaciones y mitologías para oponerse a cualquier revisión o discusión sobre las colecciones de arte y su posible origen en algún proceso de expolio
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Los museos y nuestro pasado colonial - Ctxt.es
Supongo que los defensores de la preservación del statu quo en los museos, es decir, de que no se discuta o revisen las colecciones teniendo en cuenta su origen en algún proceso de expolio colonial podrán ofrecer argumentos de tipo museístico, filosóficos o de otra clase que justifiquen su postura. Pero si pretenden convencer a los que en principio somos partidarios de la revisión en los museos deberán aportar argumentos más sofisticados que la serie de simplificaciones y mitologías que el profesor Manuel Lucena despliega en su artículo “La descolonización no puede ser, y además es imposible” (ABC, 13-11-2022).
La primera idea del artículo es que no se pueden descolonizar los museos porque España nunca tuvo colonias, sino “reinos, provincias, y señoríos”. Aquí se cae en un nominalismo absurdo. En muchas sociedades y durante mucho tiempo no existió la palabra esclavo. Sin embargo, esto no significa que no existiera la esclavitud. Igualmente, otros imperios europeos, incluido el británico, no siempre usaron la palabra colonia para definir sus posesiones, y parece que esos casos según el autor del artículo sí que eran efectivamente colonialistas. (Por cierto, que la India fue gobernada a partir de un determinado momento por un Virrey, lo que debiera sonarle familiar a Lucena).
(...) Un último argumento resulta sorprendente. Según Lucena las colecciones “depositadas” en nuestros museos son el resultado de una “política científica multisecular”. La Corona española protegió, desde Felipe II en 1558 hasta la regente María Cristina en 1898, la difusión científica y el desarrollo tecnológico en la España europea y en las “Españas ultramarinas”. Más allá de la absurda idea de algo parecido a una política científica imperial española constante entre los siglos XVI y XIX , hoy en día conocemos bien, gracias a una muy abundante historiografía, las vinculaciones entre colonialismo y estudios y misiones científicas, no sólo obviamente para el caso español. Que las relaciones entre ciencia y colonialismo pudieran ser complejas y cambiantes no lo dudo, pero la afirmación de Lucena es otro brochazo que oscila entre la ingenuidad y el panegírico.
Los defensores del statu quo en los museos, si no quieren conformarse con una narración mítica, deberían buscarse otro paladín.
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