El paciente mejora, pero sigue en observación. Aunque el abandono educativo temprano (AET) en España ha caído a casi la mitad en la última década, todavía hoy 13 de cada cien jóvenes dejan los estudios tras obtener el título de Secundaria Obligatoria (ESO), una decisión que sobre todo tiene un alto coste personal –corren más riesgo de exclusión social–, pero también para el país, y que suelen sufrir jóvenes con un perfil determinado: la situación socioeconómica y el entorno familiar de los alumnos, incluido el nivel educativo de los progenitores, el género, el origen inmigrante, el grupo étnico y el conocimiento del idioma de enseñanza influyen en el abandono temprano, dice la literatura científica sobre el tema.